jueves, 19 de diciembre de 2013

El estadio impulsado con energía solar de Taiwan

Diseñado por el arquitecto japonés Toyo Ito, el World Games Stadium en Taiwan es una maravilla moderna que también es muy ecológico. Lo especial de esta construcción es que todo el techo está hecho de paneles solares que le da energía solar al estadio.


De hecho, el estadio genera tanta energía solar (1,14 gigawats/hora anuales) que cubre el 80% de la demanda de energía eléctrica en los barrios que están alrededor.


Fuente: Alt1040.com

El 90% de los hogares de Israel utilizan termotanques solares

Si hablamos de energías sostenibles quizá sería cuestión de mirar hacia afuera y tomar el buen ejemplo de un país como Israel.
En tiempos en que el planeta pide a gritos el uso de energías alternativas, el conflictuado país presta especial atención al medio ambiente. Así es como se estima que el 90% de los hogares israelíes disponen de calentadores de agua solares instalados en sus techos. Y esto no se debe sólo a la buena voluntad y a la conciencia ciudadana sino también al gobierno pues por ley todas las viviendas construidas en ese país deben contar con sistemas de abastecimiento de agua caliente alimentados por energía solar, transformándose de esta manera en uno de los países líderes en lo que hace al uso de la energía solar para abastecer las viviendas.

La buena conciencia de los israelíes tiene su razón de ser y para eso debemos remitirnos a la historia pues estos calentadores se instalaron por primera vez hacia la década del ´50, cuando Israel sufrió una crisis de suministro de combustible. Fue entonces cuando compraron muchos calentadores de agua mediante energía solar. En 1983, el 60% de la población se calentaba el agua mediante el sol.
España no viene mal en este ranking pues en 2005 se transformó en el segundo país en exigir los calentadores de agua solares así como el primer país en exigir la instalación de células solares para la generación de electricidad en los edificios nuevos.
Fuente: Ecofriend

lunes, 16 de diciembre de 2013

El sueño de dos casas (de barro) propias

No siempre la inmensa y maravillosa inteligencia humana generó creaciones que fueron en contra de la Madre Tierra. En tiempos lejanos en que las tecnologías aún no nos habían alejado del ciclo natural de la vida, todo lo que hacíamos estaba en permanente contacto con la naturaleza. Sí, la vida era más cruda e incierta porque la vulnerabilidad era mayor, pero aún entonces, una persona guardaba conocimientos sobre remedios naturales, ciclos lunares, animales diversos, todo lo cual hacía que se respetara más el entorno y que, también, se lo cuidara un poco más.

 Por siglos, a nadie se le hubiera pasado por la mente agotar ni contaminar sus recursos naturales en un santiamén porque todavía se guardaba conciencia de que nuestra dependencia del mundo natural era vital. El camino elegido por una parte dominante de la humanidad, con su “modernidad” y sus “avances”, fue alejándonos tanto de los ambientes naturales que, un buen día, las sociedades se pensaron superiores que sus entornos, independientes de los flujos y ritmos de la Pacha Mama. Empezó una creencia totalmente falsa y a las claras destinada a fracasar: que los hombres podían dominar a lo natural, someterlo y hasta extinguirlo, sin pagar las consecuencias.

En vez de vivir en el campo nos mudaron a las ciudades, en vez de trabajar el fango, trabajamos las fábricas y después las oficinas, en vez de caminar sobre tierra nos subieron a vehículos que van deslizándose sobre asfalto, en vez de ir a un pozo a buscar agua, sólo abrimos una canilla; en vez de cosechar una verdura, fuimos a la verdulería.  Hasta nos cambiaron el horizonte por torres recortadas en un cielo algo brumoso de smog.

Todo es práctico, rápido y seguro (siempre que tengas dinero, claro). Y nada de esto tendría que ser necesariamente malo sino fuera por la desconexión total en la que nos hace caer. Primero, nos olvidamos de la relación primitiva y primigenia con lo natural (¿acaso no venimos de la tierra y vamos hacia ella, acaso no evolucionamos sobre ella?). Era algo evidente que luego nos desconectemos entre los mismos humanos. ¡Ahora hasta somos capaces de inmunizarnos del sufrimiento del otro!

Por eso es tan necesario que estemos todos uniformados hasta en el pensamiento. No te metas. No intervengas. Por algo está como está. Así es el sistema. ¡Guarda con cambiar algo! Los cambios comienzan cuando te preguntás: ¿esta sociedad en la que vivo es en verdad lo “natural”?

Eso mismo se preguntó Michael Buck, un inglés como cualquier otro que acataba todas las reglas del “sistema”: profesor, ciudadano promedio, padre de familia. Acataba, sí, hasta que un día se hartó de ver cómo muchos se mataban pasando por la universidad para luego no tener ni la posibilidad de acceder a un crédito para tener un techo propio, en una ciudad atiborrada, ¿el sueño de todo clase media?

Entonces improvisó su estandarte de protesta: construyó una cabaña en Deddington. Encontró los materiales para hacerla en su propia granja o de campos vecinos. Las maderas de los pisos y las ventanas fueron donaciones. Michael se valió de la ayuda de colaboradores que se acercaron.

Su manifiesto demandó apenas unos cientos de billetes de moneda local, un poco de sudor y algo de ingenio. Ahora la cabaña que parece un sueño tiene un dormitorio, una cocina y una chimenea. Es que el inglés no se molestó ni en traer electricidad y tampoco agua corriente (sino que ésta la busca de un arroyo cercano). El baño es natural y está separado de la cabaña.

Este profesor podría haber hecho una construcción más compleja, como las nave tierras que aíslan mejor las temperaturas, incluyen un sistema de agua potable y tratamiento de las residuales pero para él lo importante era demostrar que todos podemos hacer nuestro propio hogar (y sin necesidad de usar ni una sola herramienta eléctrica) y que la naturaleza nos da todo lo que se necesita para ello.

Pueden seguir todas las aventuras de éste profesor en su sitio: http://michael-buck.blogspot.com.ar

Pensando en el manifiesto/cabaña de Buck, recordé una historia mucha más cercana a nuestra América. Recordé la historia de Paula y Abel, una pareja muy joven y muy libre que vive por Mar del Plata, en la provincia de Buenos Aires. Diseñadores/artesanos, practicantes y enseñantes de la Yoga, sólo toco de oído este camino que eligieron andar.

Podemos narrarlo así: empezó como una fantasía: “qué lindo vivir en la naturaleza”, habría dicho ella, “estoy cansado del cemento”, podría haber dicho él. Ambos miraron a su hija Lua y entendieron que querían un futuro distinto. Más auténtico. Más sencillo y, por ello, más rico y más pleno.

Hubo un terreno, agreste, vasto, lleno de aire puro. Hubo una idea que sonó a delirio “¡hagamos la casa con nuestras propias manos y con los materiales que nos da la Pacha!”. Hubo un silencio y miradas cómplices. Pau y Abel se entusiasmaron, mucho. Un súbito miedo los eclipsó, esto de construir uno mismo no lo habían visto hacer seguido, mucho tiempo y gente y un saber que no poseían. La idea se pobló de “peros”.

Pasaron unos días. El fuego de ese proyecto quemaba. Era tan fuerte que hasta los “peros” y las excusas parecían perder fuerza. Google. Permacultura. Buscar. Fotos. Testimonios. De acá. De allá. “Che, pucha… ¡sí se puede! mirá, si hacés así, buscás asá”. Los “peros” ardieron hasta desaparecer. Pau y Abel se miraron. Se abrazaron. Su propia casa de barro era su nuevo proyecto.

En Argentina cuando nos dicen “hacé tal cosa” y no queremos hacerlo, decimos “¡minga!”. Una deformación del uso del lenguaje tan pervertida que desvió el real significado de lo que minga es. Porque minga no es no querer hacer algo, sino todo lo contrario: armar una “minga” es el trabajo colaboracionista más antiguo de nuestros pagos.

Mingas, ése fue el mecanismo que familiares, amigos y desconocidos (¿por qué no?) pusieron en funcionamiento para que esta familia tenga su sueño/casa. Acumularon materiales, aprendieron técnicas de súper adobe, de techos vivos, de arquitectura. Todo a pulmón, a lomo y a sangre. Todo a pasión.

Verano o invierno, cielo gris o pleno sol. Las mingas se volvieron costumbre. Las risas matizaron el cansancio. Parar los troncos como columnas, hacer los tirantes del techo, aislar el suelo… hecho, hecho, hecho. Un mate, una comilona. A seguir. Pisar la mezcla del barro. Tornear las paredes con las manos. Las manos ajadas, las astillas en la piel, la sonrisa de la plenitud.

Como un un hornero que busca las ramitas y con su pico teje su nido, como un artista que ultima sus pinceladas, como una unión con la tierra y el cielo a través del trabajo en equipo. Como todo el símbolo de lo que la humanidad está RE aprendiendo: el respeto al planeta, la simbiosis con él, el usar sus recursos y ayudar a regenerarlos, a vivir siendo uno con el entorno.

Abel escribió antes de mudarse: “Siento que mañana el paso es eterno, que es un peregrinaje constante de ir hacia nuestro hogar. Es un símbolo de construirse… a uno mismo… y a su propia casa. Esta casa es una casa familiar. La hicimos con mi compañera y siento que el proceso nos nutrió, nos enseñó el valor de hacer juntos, de reconocer el valor del otro, de lo que sostiene, de lo que acompaña.
Lo mas hermoso de este nido es que sus paredes, su techo, su piso hablan, se expresan con una fuerza que cuando estas dentro se siente. Esta la presencia de cada uno de los seres hermosos que dejaron su impronta, su huella, su placer en el dar-se. ¿Cómo no sentirme agradecido? Mi corazón retumba de felicidad al recordar esta bendición. GRACIAS ABSOLUTAS A CADA UNO QUE FORMA PARTE”.

El camino de Paula, Abel y Lua es un ejemplo como puede haber cientos. Ejemplo de un cambio que va prendiendo en cada vez más y más personas en todo el mundo. Capaz no todos quieran el campo agreste, cada uno encontrará su casa de barro donde mejor le siente. Incluso, dentro de su propio corazón. Lo importante es preguntarnos ¿es esta la vida que quiero realmente? y saber aceptar la respuesta que nuestro corazón dicte.

Pueden comprar las hermosas creaciones del emprendimiento de diseño de los chicos por Facebook: https://www.facebook.com/inspiracion.divinadisenosdeautor?fref=ts

- Fuente y más detalles en: alternativa-verde.com/

viernes, 6 de diciembre de 2013

Plantación de paneles solares en África para Europa

La idea europea de utilizar África como origen de la energía solar para abastecernos hace tiempo que es considerada. Es el proyecto DESERTEC del que he hablado varias veces, basado en energía solar de concentración (CSP).
Ahora se está difundiendo una hipótesis que sobre el papel permitiría abastecer de energía a todo Europa plantando tantos paneles solares en el desierto del Sahara como la superficie de un pequeño país (¿como España?). Esto costaría 70 billones de dólares.
Personalmente creo que esta nueva información es propaganda sin fundamento por varias cuestiones:
no se hace referencia al proyecto DESERTEC que es el “oficial”
ningún europeo hablaría de dólares sino de euros
Mientras esperamos a ver si esta información tiene algo de fundamente, he querido mencionarla por la problemática planteada por algún blog al respecto: ¿querrían los ciudadanos africanos tener tendidos eléctricos por encima de sus cabezas?
Creo que este planteamiento es erróneo, y que igual que nosotros no queremos tendidos eléctricos ni de baja tensión, el planteamiento real sería enterrar cualquier tendido eléctrico que se puediera instalar en África para abastecer con la energía solar a Europa.
Cualquier alternativa menor que la óptima en este sentido no sería lógico y se onvertiría en un abuso a los ciudadanos africanos.

Fuente: Ignacio de Miguel  - Biocaburante.com

Colectivos con celdas solares en Japón

Solarve es el ultimo autobús de Sanyo para turistas en Japón. La característica única de Solarve  son las celdas solares que absorben la energía solar con monitores LED. Aparte de la iluminación, las células también se extienden purificadores de aire que mantienen a los contaminantes y otras impurezas molestar a los pasajeros en el interior.

En caso de un día nublado o lluvioso, la Solarve contiene paquetes de baterías con almacenamiento suficiente para mantener todos los componentes durante nueve horas.
Fuente: bluemex.net 

lunes, 2 de diciembre de 2013

El clima extremo causa muerte y daño

EL COSTO ES DE US$ 198.000 MILLONES; LA PREVENCIÓN AHORRARÍA HASTA UN 50%

Las pérdidas relacionadas con el clima han aumentado desde los 37.000 millones de euros (US$ 49.600 millones) en la década de los 80, hasta cerca de 148.000 millones de euros (US$ 198.300 millones) durante los últimos diez años.

Esta estimación fue realizada por el grupo alemán de seguros Munich Re. El total de daños llega a 2,8 billones de euros (US$ 3,8 billones) entre 1980 y 2012. De ellos, el 74% se relaciona con las condiciones meteorológicas extremas.

El Banco Mundial, organismo de Naciones Unidas que procura asistencia financiera a países en desarrollo, hizo público el lunes pasado un estudio que cuantifica los efectos de fenómenos meteorológicos extremos -sequías, inundaciones, tifones- en el mundo y llega a la conclusión que invertir antes de los desastres en infraestructuras y edificios de los países en desarrollo conllevaría un ahorro de hasta el 50%.

Las conclusiones buscan convencer por la vía económica a los Gobiernos de primeras potencias, como Estados Unidos o Australia, que ya han mostrado reticencias a adoptar un sistema de ayuda urgente, conocido como mecanismo de pérdidas y daños, para socorrer a estos países en caso de fenómenos extremos.

Intensos

Entre los fenómenos vinculados al cambio climático que se registran en el planeta está el aumento del nivel del mar, la salinización de las aguas fuentes de agua dulce o las sequías. Los científicos todavía no se han puesto de acuerdo en atribuir los fenómenos meteorológicos extremos al calentamiento global.

Sí hay consenso, según los datos aportados por el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático de la ONU (IPCC en sus siglas en inglés), en que contribuye a que esos fenómenos sean más intensos, con olas de calor más cálidas o cambios en la forma de llover que acarrean inundaciones repentinas.

El informe del Banco Mundial aglutina experiencias de décadas de trabajo en la gestión del riesgo de desastres relacionados con el clima y la adaptación al calentamiento global. Aunque estos fenómenos afecten a países ricos y pobres por igual, las naciones insultares y las más pobres de África y Asia son las más vulnerables. Un 85% de las víctimas mortales corresponde a países con ingresos bajos o medios, de acuerdo con los datos de julio de 2010 de NacCatService, una de las mayores bases de datos sobre catástrofes naturales.

El huracán Thomas, que devastó Santa Lucía en 2010, acabó con el 43% del PIB de la nación caribeña.

A su vez, en el Cuerno de África, una prolongada sequía que terminó en 2011, en su punto más adverso dejó a 13 millones de personas con escasez de alimentos.

"Hemos colocado la gestión del riesgo de desastres entre nuestras líneas prioritarias de trabajo", asegura Rachel Kyte, vicepresidenta de desarrollo sostenible de esta entidad. "Sabemos que hay mucho que podemos y debemos hacer para reducir su impacto", añade.

Prevención.

Un buen ejemplo de la prevención se encuentra en el Estado de Odisha, en India, donde un ciclón de categoría 5, dejó 10.000 muertos y 3.329 millones de euros (US$ 3.860 millones) en daños. Catorce años más tarde, la tormenta Phailin, con una intensidad muy cercana, golpeó el mismo tramo del Estado, pero esta vez con resultados diferentes. Hubo menos de 40 víctimas y unos 518 millones de euros (US$ 684 millones) en daños.

En este caso, la región consiguió prepararse para aumentar la resiliencia -capacidad para afrontar la adversidad y lograr adoptarse a las tragedias- frente a condiciones climáticas externas. Para ello, utilizó sistemas de alerta temprana o ejercicios anuales de tormenta. El Estado invirtió en nuevos refugios contra ciclones, rutas de evacuación y fortaleció diques costeros.

Cada vez más países, entre los que destacan Colombia, Filipinas, India, México o Samoa, están preparando sus propios planes de resilencia al clima y a sus desastres. Pero, según el trabajo, todavía quedan muchos desafíos

Los retos más importantes siguen siendo de carácter institucional. "La comunidad internacional debería de dar ejemplo proporcionando la financiación necesaria", destaca el trabajo.

Invierten en prevenir desastres

"El tifón Haiyan ha puesto de relieve cómo el cambio climático está intensificando la gravedad de los fenómenos extremos", indicó Jim Yong Kim, presidente del grupo del Banco Mundial. "El mundo no puede permitirse el lujo de poner fuera de su plan de acción la reducción de las emisiones de efecto invernadero, la ayuda a países para prepararse para el cambio climático o los riesgos de los desastres", añadió. El organismo anunció un préstamo de 370 millones de euros (US$ 496 millones) para que Filipinas desarrolle su plan de reconstrucción. Dos de cada tres euros que invierte el Banco Mundial se centran en la prevención y la preparación ante desastres. Ayudó a casi 80 países con el apoyo del Fondo Mundial para el Programa Piloto de Adaptación al Cambio Climático y Reducción de Riesgos de Desastres y Recuperación.

Fuente: El Pais (Madrid)